Nueva York.- “Yo no tengo un título universitario y eso definitivamente ha evitado que me den ciertos empleos para los que sí tenía experiencia porque empecé a trabajar a los 15 años”, me contó LaFawn Davis, senior vice President of Environmental, Social & Governance de Indeed. “Y me lo dijeron ‘debes tener un título para poder aplicar a este trabajo’. ¿Cuántos buenos candidatos se alejan de una oportunidad de contratación por creer que no tienen lo que se necesita?”
LaFawn Davis tiene 15 años de experiencia en departamentos de recursos humanos en empresas de la talla de Google, Yahoo, PayPal y Twilio. Durante una entrevista con Emprendedor.com durante el foro Indeed Future Works recordó cómo fue su experiencia al buscar empleo:
“Hay cierta vergüenza y no te atreves a perseguir otras oportunidades. Las personas verán eso en una descripción de oferta de empleo y no lo intentarán. Muchos candidatos se alejan en lugar de pensar ‘Yo tengo las habilidades para este empleo’”, dijo la experta.
La experiencia de LaFawn la ha llevado a tener una misión de vida: lograr que las contrataciones sean justas y sin prejuicios. Que los procesos de captación de talento le den oportunidad a todos los candidatos.
“Por supuesto, hay empleos que sí requieren un grado universitario. Quiero que mi médico esté bien calificado, lo mismo que mi abogado. Pero hay muchos papeles no lo necesitan. Muchas veces un título universitario no significa que alguien será bueno en el trabajo o que alguien sabe más por tener una maestría que por tener experiencia en el campo”, señaló la experta de Indeed.
Al platicar sobre las tendencias de trabajo, LaFawn Davis señaló claramente que “La Nueva Normalidad es todo menos normal”. Si bien la naturaleza humana trata de regresar a la manera en que antes se hacían las cosas, la realidad es que estamos en un nuevo mundo de trabajo”.
Para la experta, las empresas deben cambiar la manera en la que ven a sus empleados y cómo atraen a los candidatos. Remarca que, incluso ahora que estamos enfrentando tanta incertidumbre económica, los procesos de contratación están rotos.
“Ahora debemos lograr la igualdad en el proceso de contratación o captación de talento para que todos tengan una oportunidad”, señala LaFawn Davis.
En América Latina estamos viviendo un boom de nacimiento de unicornios que vienen con una cultura laboral diferente. Sin embargo, venimos de una cultura laboral machista que aunque en el papel es ilegal discriminar, sigue siendo machista y muy aferrada a las viejas prácticas. Estamos viendo un cambio cultural debido a los nómadas digitales que están migrando a las grandes ciudades.
“Los tiempos están cambiando. Vemos más apoyo de los emprendedores para dar más entrada a las mujeres. Creo que hoy ya hay una demanda de parte de las nuevas generaciones para cambiar las viejas prácticas que dejaban fuera a candidatos valiosos por su género, edad, experiencia, etc.”
En la región, por ejemplo, tenemos el extraño fenómeno de que millones de mujeres trabajan desde el hogar o son nenis porque durante mucho tiempo no podían acceder a empleos que pagaran igual que a colegas varones.
“El 58% de las personas trabajan en empleos informales sin protección de las instituciones y eso da miedo”, alerta Davis. “Tiene que darse un cambio social, pero va a tomar tiempo. No solo para afectar la política pública, sino para cambiar la actitud tradicionalista a la que estamos acostumbrados”.
Las posiciones de alta dirección siguen siendo mínimas para las mujeres. El fenómeno del techo de cristal es muy real. Porque para cuando llegas a la edad donde puedes acceder a un puesto de poder, también estás en el momento en el que la sociedad espera que seas madre. Eventualmente las mujeres profesionistas deben tomar esta decisión entre la carrera y la familia.
“Mi consejo para las mujeres que buscan empleo: no pierdan la esperanza. Porque así es cómo los cambios suceden. Ustedes son la columna vertebral de la sociedad”.
La especialista de Indeed señala que esto se le conoce como maternal bias: la idea de que una mujer puede ser una gran empleada o una gran madre, pero nunca las dos al mismo tiempo. “Eso es ridículo”, advierte la entrevistada. “A veces se dice abiertamente y otras veces solo se actúa, pero sí sucede cuando quitan ‘de la jugada’ a una mujer por ser madre”.
“Las mujeres no deberían tener que escoger. Si quieren ser madres, maravilloso, si quieren tener una carrera, también pueden hacerlo. Las compañías deben hacer cambios verdaderos como no descartar a candidatos porque tienen hijos o porque podrían no poder con la carga de trabajo. Es la única manera de lograr una contratación justa”, dice Davies recordando que, por ejemplo, cuando se considera a un hombre para un puesto, rara vez importa cuántos hijos tiene.
Finalmente, LaFawn Davis remarcó que las empresas, en especial las startups que tienen más agilidad para cambiar sus procesos, deben de contratar de una manera más humana para tener un mejor impacto social.
“Estamos tratando de que las compañías vean a sus candidatos de manera diferente y los evalúen por sus habilidades y no por su grado académico o si son mujeres u hombres”, señala. “Debemos ver a los candidatos por las habilidades que tienen y no por su CV”.
